Los ataques cerebrovasculares se originan por obstrucción de la sangre en las arterias, impidiendo la llegada de oxígeno y glucosa al cerebro (isquemia). Si esta situación no se trata, las células del cerebro morirán (infarto cerebral o trombosis cerebral). En un porcentaje menor los ACV son secundarios a la ruptura de una arteria ocasionando la hemorragia o el derrame cerebral.
Las personas con hipertensión, diabetes, tabaquismo, obesidad y mayores de 65 años son más propensas a sufrir un ACV, por esto es importante cuidar de nuestro estilo de vida. Como medidas preventivas se recomienda realizar actividad física, no fumar, llevar una alimentación saludable, no consumir alcohol en exceso, llevar un control diario de su presión arterial y realizarse chequeos médicos por lo menos 2 veces al año.
¿Cómo identificar un ACV?
- Parálisis súbita de un lado de la cara
- Debilidad en un lado del cuerpo
- Alteración en el habla
Si usted o un familiar presenta uno o más de estos síntomas debe llamar a la línea 123 o acudir lo más pronto posible a un servicio de Urgencias. Utilice también la prueba FAST (rápido en inglés) para reconocer y reaccionar a un ACV:
Face (Cara): Pídale a la persona que sonría. ¿Un lado de la cara está caído?
Arms (Brazos): Pídale a la persona que levante ambos brazos. ¿Un brazo se desvía hacia abajo?
Speech (Habla): Pídale a la persona que repita una oración simple. ¿El discurso suena arrastrado o extraño?
Time (Tiempo): Si observa alguno de estos signos de forma independiente o todos juntos, llame de inmediato al 1-2-3.
La Fundación Clínica Shaio cuenta con el recurso humano y tecnológico para atender de manera integral todos los casos de ACV.
Este artículo contó con la asesoría del Dr. Javier Francisco Torres Zafra, de la Clínica Shaio.
