Decidir si se quiere ser donante de órganos y tejidos después fallecer no solo abarca el marco legal de nuestro país para estos casos, sino que implica hacer una serie de cambios de estilo de vida de manera que podamos ayudar a aquellos que esperan una oportunidad más para seguir viviendo.
En el caso de la donación de órganos el proceso se lleva a cabo solo en personas que han fallecido con diágnostico de muerte cerebral, porque cuando la persona se encuentra en una institución de salud bajo cuidado del personal especializado y conectado al sistema mecánico, este permite mantener vivos sus órganos aún cuando cerebralmente ya se ha dado su deceso.
Un equipo de especialistas se encarga de evaluar posibles donantes, revisa los antecedentes médicos de la persona y el estado actual de su organismo para determinar que órganos y tejidos podrán destinarse a un paciente en lista de espera.
Es por está razón que cuidarnos en vida aumenta las posibilidades de ser un donante apto, y esto además puede ayudarnos a evitar padecer de enfermedades crónicas.
Cómo cuidarnos:
- Coma de manera balanceada y saludable: siga las instrucciones de su médico tratante a lo largo de cada etapa de vida.
- Realice actividad física: cada vez se promueve este hábito desde la infancia hasta la adultez, nunca es tarde para ejercitar nuestro cuerpo.
- Evite los excesos en el alcohol, no fume ni consuma drogas: son en gran medida nocivos para la salud física y mental de cualquier persona.
- Realicese chequeos médicos periodicamente, hay enfermedades que por sus características son silenciosas y de alto impacto en su tratamiento si se detectan a tiempo.
¡Ojo! Las acciones que tome el personal de salud sobre la donación de órganos y tejidos solo se hará teniendo en cuenta la voluntad que haya dejado expresa la persona, por eso es importante dejar conversada dicha decisión con sus familiares y según los térmicos que expone el decreto 2493 de 2004.
