El rol del cuidador en la recuperación del paciente después de un ACV

Con la cotidianidad del día y las múltiples ocupaciones que tenemos, muchas veces no nos hemos puesto a pensar en las cosas más simples que podemos hacer como personas independientes y funcionales, realizar su pasatiempo favorito, preparar una comida o disfrutar de un baño, pero ¿qué pasaría si de un momento a otro todo cambia y ya no puede hacer esto?, difícil ¿verdad? Estos cambios repentinos en la vida diaria son algunos de los escenarios a los que no solo se enfrentan los pacientes sino todo el círculo familiar, luego de experimentar un ataque cerebrovascular o una enfermedad neurológica.

Un ataque cerebrovascular o ACV sucede cuando se reduce o bloquea la llegada de sangre a un área del cerebro o por un sangrado con secuelas neurológicas. Una situación que al llegar marcará un antes y un después en la vida.

Mucho se ha dicho sobre las dificultades con las que un paciente que ha sufrido de un ACV y salga de hospitalización tendrá que soportar en esta nueva etapa de su vida, sin embargo, la familia, como principal sistema de apoyo, tiene la ardua tarea de informarse, educarse y prepararse acerca de lo que significa la transición del cuidado hospitalario al cuidado en casa, siendo una etapa decisiva que determinará aspectos importantes para el proceso de neurorrehabilitación para el paciente.  

Consideraciones para la rehabilitación de un paciente post ACV en casa

Identifique oportunamente los factores de riesgo que pueden complicar el proceso de rehabilitación del paciente, de esta manera se podrán realizar las modificaciones ambientales y de infraestructura que sean necesarias. Es fundamental buscar la mayor comodidad para las personas que desempeñarán el rol de cuidador principal, “si el cuidador se encuentra en óptimas condiciones, podrá potenciar el cuidado de otros”.

El rol del cuidador principal es muy importante en la rehabilitación del paciente, ya que es la persona que apoyará todo su proceso, dialogue en familia, solicite ayuda y determine qué personas podrían contribuir con el cuidado, definan los turnos en los que cada uno de ellos desempeñará el rol de cuidador. Es importante que se definan metas terapéuticas, reales y ajustadas al estado clínico actual del paciente, esto le evitará experimentar sentimientos de frustración al cuidador y al paciente.  

El factor emocional en el proceso de recuperación de un ACV es un camino progresivo, la salud mental del paciente y su familia juegan un papel muy importante que merece especial atención, es natural experimentar dificultades y es en estas situaciones en las que resulta imprescindible contar con una red de apoyo familiar lo suficientemente robusta, que facilite encontrar posibles soluciones y alternativas. También existen otras fuentes de apoyo como un psicólogo para orientar y proporcionar las herramientas necesarias que permitan lograr la construcción de un proceso de rehabilitación sólido y seguro para ambas partes.

Otras recomendaciones para el cuidado en casa  

• Supervisión constante: mantenga una vigilancia cercana, especialmente en las primeras semanas tras el ACV, ya que el riesgo de complicaciones es mayor.

   

• Rehabilitación física: fomente ejercicios suaves y de movilidad. Consulte a un fisioterapeuta para obtener un programa adecuado. Asegúrese de que el entorno sea seguro y accesible, eliminando obstáculos.

   

• Cuidados de la piel: revise la piel diariamente para prevenir úlceras por presión. Cambie de posición al paciente cada 2 horas si está postrado.

   

• Nutrición e hidratación: proporcione una dieta balanceada y, si es necesario, consulte a un nutricionista y asegúrese de que el paciente esté bien hidratado, pero verifique si hay restricciones en la ingesta de líquidos.

   

• Control de medicamentos: administre los medicamentos según las indicaciones del médico y lleve un registro de las dosis, además monitoree los efectos secundarios y reporte cualquier cambio significativo al médico.

   

• Atención emocional: brinde apoyo emocional y anímelo a participar en actividades que le gusten adaptadas a sus capacidades, también puede considerar la posibilidad de terapia psicológica si es necesario.

• Comunicación: si el paciente tiene dificultades para hablar, utilice métodos alternativos como dibujos o gestos, lo importante es mantener una comunicación clara y sencilla.

• Seguimiento médico: programe y asista a las citas de seguimiento con el médico y otros especialistas y realice exámenes regulares para monitorear la salud general del paciente.

• Educación: infórmese sobre el ACV, sus causas y la recuperación. Esto le ayudará a entender mejor las necesidades del paciente.

El proceso de neurorrehabilitación es un proceso individualizado y cambiante, que estará sometido a constantes modificaciones que irán surgiendo de manera progresiva de acuerdo con la condición clínica de cada paciente, por supuesto es fundamental el seguimiento médico estricto del neurólogo y el equipo del centro de ACV, a través del cual surgirá el planteamiento de nuevas metas terapéuticas encaminadas a lograr un estilo de vida cada vez más independiente.  

Adicionalmente, la importancia que merece el desempeño del rol del cuidador es invaluable, pero al mismo tiempo, acompañada de un gran desgaste físico y mental; el paciente no es el único que necesita un proceso de rehabilitación, su familia también debe estar incluida en él como piedra angular del proceso.  

Este artículo fue escrito por Denisse Portilla Perdomo, jefe de enfermería de la Clínica Shaio.