Cuando hablamos de estilos de vida saludable, hablamos de generar cambios que son positivos no solo para la salud física sino para la salud mental, emocional y social. Un estilo de vida no es más sino una rutina, conducta o hábito que se hace constantemente hasta llegar al punto de volverse parte de nuestra vida, esto sin necesidad de esfuerzo o sacrificio ni que cause dolor o molestias.
Tener hábitos como comer bien, hacer ejercicio, dormir lo suficiente, saber manejar las emociones entre otras cosas, son la mejor manera de ayudar al cuerpo a mantenerse en óptimas condiciones y a estar saludable. Otro punto a favor que tienen este tipo de hábitos es que se convierten en una herramienta terapéutica a la hora de prevenir o tratar una enfermedad; por esta razón, cuando vamos al médico al momento de no sentirnos bien o vemos que algo no anda como debería ser, una de las primeras recomendaciones que nos va a hacer es revisar, modificar o cambiar algunos hábitos que tenemos.
Un estilo de vida saludable abarca desde la alimentación, la actividad física y los entornos laborales, familiares y sociales, por lo que les dejamos 6 puntos a tener en cuenta si quieren incluir hábitos que mejoren su salud.
Buena alimentación: cuando hablamos de comer saludable, nos referimos a tener una alimentación balanceada que cumpla con todos los requerimientos necesarios para que el cuerpo funcione, debe ser adecuada en cuanto a la edad, estado físico y condición clínica de la persona, suficiente porque cubre todas las necesidades y equilibrada y completa porque cumple con todos los requerimientos nutricionales mediante el aporte de todos los grupos alimenticios.
Hacer ejercicio: es fundamental para promover la salud y evitar factores de riesgo en enfermedades físicas y mentales; hacer ejercicio hace que el cerebro libere hormonas que generan sensación de bienestar en la persona, por lo que se recomienda realizar al menos 150 minutos semanales.
Un buen descanso: el sueño es uno de los pilares de la salud, tan importante como una buena nutrición o el ejercicio, al dormir reparamos tejidos, almacenamos nutrientes en el organismo que nos sirven para un funcionamiento normal y en los niños se producen hormonas que ayudan al crecimiento, por lo que un sueño entre 7 a 9 horas al día garantiza una buena recuperación.
Higiene personal: se ha comprobado que los buenos hábitos de higiene como lavarse las manos antes de comer o después de ir al baño, lavar los alimentos antes de consumirlos, entre otros, pueden disminuir el riesgo de contraer algunas enfermedades estomacales, respiratorias, de la piel o de contagiar a los demás.
Evite los hábitos tóxicos: beber alcohol, fumar o consumir sustancias puede aumentar el riesgo de una enfermedad cardiovascular, respiratoria, digestiva entre otras.
Tener un estilo de vida saludable es más fácil de lo que se cree, solo se necesita un propósito, ser constante y tener actitud para que se convierta en un hábito. Por esto es importante tener en cuenta
Conozca sus hábitos, esto lo ayudará a identificar si son o no saludables.
Este artículo contó con la asesoría de la Lic. Paola Parra, coordinadora del Programa de Educación al Paciente de la Clínica Shaio.