Dormir es una de las actividades que ayuda al cuerpo a recuperarse, es tan importante como la alimentación saludable, hacer actividad física o cuidar de la tensión arterial, el peso o el colesterol, tanta es su importancia que se convirtió en uno de los 8 pasos esenciales para la salud cardiovascular de la American Heart Association.
Es una función fisiología del cuerpo que hace que se encuentre en un estado activo que permite la recuperación, reparación y descanso; al dormir, el organismo repara tejidos, almacenar nutrientes esenciales para el funcionamiento y en el caso de los niños ayuda a la producción de la hormona del crecimiento.
Además de lo dicho anteriormente de tener un buen descanso, ayuda a recuperar la memoria y mejorar la concentración, también mantiene las funciones vitales del sistema cardiovascular, metabólicos y del sistema inmunológico, entre otras, además de evitar alteraciones en el estado de ánimo.
Cuando dormimos, entramos en un estado de relajación en el cual el organismo se tranquiliza y bajas sus niveles de actividad para permitir que se desintoxique, no solo nivel físico sino mental; esto se hace a través de varias fases y etapas del sueño.
Dormir bien o dormir mal depende de muchos factores, la mala higiene del sueño, las enfermedades, los malos hábitos y la vida cotidiana pueden hacer que se alteren los ciclos del sueño hasta evolucionar a un trastorno de sueño.
Por esto, hablamos con la Dra. Karem Parejo, neuróloga y directora del Laboratorio del Sueño de la Clínica Shaio y presidenta de la Asociación Latinoamericana del Sueño, para desmitificar algunas de las creencias que hay alrededor del sueño.
Este es uno de los hábitos más comunes que tienen las personas y, aunque si es bueno hacer ejercicio, no es recomendable hacerlo de noche, ya que al hacerlo el cuerpo produce hormonas como la adrenalina que lo mantendrán activo además de subir la temperatura, lo que genera el efecto contrario, en vez de conciliar el sueño va a ser mucho más difícil pues el cuerpo necesita bajar la temperatura para poder entrar en una fase de somnolencia y posteriormente al sueño profundo.
Esto es falso, aunque el alcohol es un depresor del sistema nervioso central, lo que hace es fraccionar el sueño REM (que es la fase del sueño donde hay movimientos oculares rápidos importantes para la memoria y el aprendizaje), y aunque si será más fácil y rápido quedarse dormido es más factible que se despierte varias veces en la noche, también puede empeorar los ronquidos y la apnea del sueño. Otra cosa que tiene el alcohol es que al ser diurético la vejiga se va a llenar más rápido, lo que obligará a levantarse en medio de la noche para ir al baño.
Esto no es cierto, la calidad y cantidad de horas que duerme una persona depende de sus necesidades biológicas, no es lo mismo las horas de sueño que necesita un bebé a las que necesita un adolescente o un adulto, lo que sí es cierto es que el rango de sueño está en promedio entre las 6 a 8 horas como mínimo. Otro factor que juega en la calidad del sueño es en el cronotipo que tenga la persona, esto quiere decir que hay personas que pueden comenzar sus actividades muy temprano en la mañana, como hay otras que son más activas en la noche, lo que les permite acomodar sus horarios para dormir a sus actividades sin la necesidad de alterar el sueño.
No hay nada que perjudique más al cuerpo y al cerebro que no dormir, no dormir bien o interrumpir las fases del sueño hace que con el tiempo se altere el estado de ánimo, la memoria, la concentración y la salud mental. También puede tener repercusiones en el organismo como alteraciones hormonales, metabólicas y cardiovasculares o generar un trastorno del sueño como la somnolencia y la afectación del rendimiento en el día.
Quedarse en la cama despierto hace que la mente se active, y si a eso le sumamos prender la luz o utilizar dispositivos electrónicos va a ser mucho más difícil dormir. Los expertos recomiendan que, pasados 20 minutos de tratar de conciliar el sueño, lo mejor es levantarse y hacer una actividad con poca luz que lo ayude a relajarse como la meditación, la respiración o leer un libro y luego, comenzará a sentir somnolencia.
Esto es falso, siempre va a ser mejor dormir en una habitación completamente oscura, la luz (en cualquier tipo de fuente de la que provenga) es por excelencia el activador del cerebro, incluso con los ojos cerrados, la poca luz puede aumentar el riesgo de despertarse, aumentar la fatiga visual y alterar el ciclo circadiano.
La calidad del sueño no tiene nada que ver la cantidad de horas que se duerman y si se puede ver como un síntoma de un trastorno de sueño. Si sufre de esto es importante ir a un especialista que lo ayude a identificar el porqué está sucediendo esta situación.
Estas ayudan a recuperar la energía durante el día, pero nunca van a sustituir el sueño de la noche. Esto se debe a que las siestas no implican una progresión a través de las etapas del sueño de la misma que durante el sueño nocturno, haciendo que se desequilibren los horarios de sueño de la persona.
Roncar es anormal en cualquier persona y más si son fuertes y frecuentes ya que pueden ser causados por apneas de sueño, trastornos de vías respiratorias o sobrepeso.