El corazón es el músculo que funciona como motor de nuestro cuerpo, se encarga de controlar la circulación de la sangre y que esta responda a nuestras necesidades, por eso su cuidado es fundamental en cualquier etapa de la vida.
Durante este periodo de pandemia que ha afectado al mundo entero, además de las consecuencias que esta ha provocado en la salud de millones de personas, encontramos también otras afectaciones indirectas que si no se atienden a tiempo pueden ocasionar mayor mortalidad, como es el caso de la atención y cuidado de nuestro corazón y la enfermedad cardiovascular (infartos).
Cuando no controlamos nuestros factores de riesgo aparece la enfermedad arterosclerótica que se va dando como una placa de grasa denominada arterosclerosis y que con el tiempo va tapando la totalidad de la arteria obstruyendo así la correcta circulación de la sangre en el cuerpo.
La progresión de la enfermedad arteroesclerótica se va dando fundamentalmente por el proceso de envejecimiento y como consecuencia de cambios en el estilo de vida, por ejemplo: el sedentarismo o la dieta. Es entonces que los niveles de colesterol, el tabaquismo, la diabetes, la hipertensión, la obesidad, entre otras enfermedades crónicas, van deteriorando las paredes de las arterias al punto de desgarrarlas por lo que se generan unos coágulos de sangre y es cuando se produce el infarto del miocardio.
El infarto puede producir la muerte inmediata del paciente o manifestarse primero con un dolor intenso o asfixia que lleva a la necesidad de recurrir al servicio de Urgencias, donde el paciente es valorado y según cada caso se determina el tratamiento a seguir.
¡Recuerde! La salud de su corazón es fundamental para garantizar un mejor estado de salud en la medida que envejece, cuidarlo es una responsabilidad a lo largo de la vida que también podemos enseñar a nuestra familia.
Este artículo contó con la asesoría del Dr. Efraín Gómez, cardiólogo.