Antes de hablar del por qué no perdemos peso aunque se haga dieta, hay que definir bien el hecho de ¿qué es una dieta? Hablamos con Myriam Patricia Quiroga Bolívar, coordinadora del servicio de Nutrición de la Clínica Shaio para aclarar algunas dudas con respecto a este tema.
Según la OMS, el término dieta se define como el conjunto de alimentos sólidos y líquidos que un individuo y/o comunidad consume, dependiendo de la disponibilidad de alimentos, costos, hábitos y valor cultural de los mismos. Las dietas pueden cambiar por factores como el estilo de vida en el caso de la dieta vegetariana, temas de salud como las dietas terapéuticas que ayudan a tratar ciertas dolencias, o las dietas de moda como la dieta Keto.
Estas surgen a partir de la necesidad que tienen las personas de mejorar su estado de salud, condición física o hasta el aspecto físico. Cuando el individuo presenta alguna enfermedad puede ser necesario implementar un manejo nutricional específico, por lo que el médico tratante remitirá a la persona al profesional de nutrición, con el fin de iniciar dicha intervención.
En estos casos se manejan dietas terapéuticas y por esto solo los nutricionistas dietistas, que son los profesionales del área o los médicos especializados en Nutrición, son los expertos indicados para tratar este tema.
Algo importante a resaltar, es que el pensamiento común de las personas es relacionar la dieta con pérdida de peso o restringir los alimentos, de ahí se desprenden infinidad de dietas de moda que prometen perder peso de manera rápida las cuales no funcionan, puesto que no son dirigidas por el profesional de nutrición, y por lo tanto no hay cambios en conductas y hábitos alimentarios a largo plazo, favoreciendo la rápida recuperación de peso o efecto rebote como se conoce.
Pero, ¿por qué no funcionan a largo plazo? Las dietas para perder peso son dietas restrictivas en aporte calórico, que tienen que ser equilibradas en todos los demás nutrientes para asegurar una adecuada nutrición, un peso saludable pero sobre todo un buen estado de salud, por esto más que hacer una dieta se debe pensar en tener un plan nutricional.
Tener una buena alimentación, es tener una alimentación balanceada que cumpla con ciertos requerimientos, debe ser adecuada con relación a aspectos como la edad, estado físico y condición clínica de la persona, suficiente porque cubre todas las necesidades, y equilibrada y completa porque cumple con todos los requerimientos nutricionales a través de aporte de todos los grupos alimenticios.
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