El alzheimer es la manera más común de demencia, se caracteriza por ser un trastorno degenerativo del cerebro, que causa la pérdida de memoria y otras habilidades cognitivas como el lenguaje o el juicio, e interfiere con el desarrollo de las actividades cotidianas que tenga una persona.
Teóricamente hablando, esta enfermedad se produce por cúmulo de sustancias en ciertas partes del cerebro que hacen que no funcionen correctamente, a esto se le llama cuerpos amiloides, lo que lleva a la pérdida en las funciones de las neuronas hasta que mueren, haciendo que el tamaño del cerebro disminuya, evitando la capacidad de crear nuevas conexiones.
Todavía no se halla una causa real del por qué se da esta enfermedad, pero se han realizado estudios que evidencian su origen en una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilos de vida que favorecen la presencia del alzheimer con el paso de los años.
El alzheimer afecta de manera diferente a cada persona que lo padece; la aparición de síntomas depende del área del cerebro afectada y del nivel de profundidad. El progreso de esta enfermedad se da en 3 etapas:
La mayoría de pacientes en etapas tempranas pueden evidenciar:
En etapas más avanzadas puede presentar:
Cuando se trata de esta enfermedad no existe diferencia entre hombres o mujeres, pero hay múltiples factores que ayudan a que se desarrolle:
Normalmente cuando se presentan síntomas de que algo no anda bien, son los familiares los que se percatan de esto. Visitar al médico es clave para diagnosticar a tiempo esta enfermedad; estudios clínicos apoyados en pruebas neuropsicológicas, resonancia magnética, estudios de medicina nuclear en gamagrafía cerebral, ayudan a orientar el mejor tratamiento para retardar el alzheimer.
Los tratamientos con medicamentos son los más utilizados en etapas tempranas, donde se puede ver una mejoría en la recuperación de las funciones mentales, también ayudan a controlar otras afectaciones como los trastornos de comportamiento. Existen otros tratamientos con terapia ocupacional o terapias de restauración neurológica que ayudan a que la progresión sea más lenta. Lamentablemente en etapas más avanzadas estos tratamientos ya no funcionan.
Es importante saber que el alzheimer no tiene cura, es algo que no solo lo sufre el paciente sino también la familia, es clave informarse y buscar el apoyo necesario para tratar esta enfermedad y mejorar la calidad de vida del núcleo familiar.
Este artículo contó con la asesoría del Dr. Antonio Schlesinger Piedrahita, neurólogo .
Para más información:
https://www.shaio.org/ejercicio-y-cerebro
https://www.shaio.org/autocuidado-en-el-adulto-mayor
Le puede interesar:
https://www.shaio.org/salud-mental-en-el-trabajo