Meningitis, una inflamación en los tejidos del cerebro y la médula espinal

Mayo 09, 2024
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La meningitis es una de las muchas enfermedades que se transmiten por agentes infecciosos como bacterias, virus, hongos o parásitos; en este caso, es causada especialmente por una bacteria llamada Neisseria meningitidis, la cual hace que se dé un proceso inflamatorio en el cerebro y en las membranas (meninges) que recubren este órgano y a la médula espinal.  

 

Al ser una enfermedad de trasmisión, la forma en la cual se contagia una persona es a través del contacto con los fluidos corporales como la saliva o secreciones respiratorias de una persona infectada, así como por superficies que han estado en contacto con estos fluidos. Por lo que para evitar el contagio es importante mantener las medidas de higiene como el lavado de manos constante, y de barrera, como el uso de tapabocas.  

 

La meningitis bacteriana es la más común de esta enfermedad y aparte de la Neisseria meningitidis, que es un meningococo, existen otros 3 tipos de bacteria que la pueden causar: la Streptococcus pneumoniae (neumococo), la Haemophilus influenzae  y la Streptococcus agalactiae (estreptococo del grupo B), que dependiendo de la cepa de la cual una persona se contagie, puede ser más contagiosa. También existen las meningitis virales o las producidas por otros patógenos como la meningitis crónica causadas por hongos o por la bacteria Mycobacterium tuberculosis; la meningitis fúngica, que se contrae al inhalar esporas de hongos que se pueden encontrar en el suelo, la madera en descomposición y los excrementos de aves; y la meningitis parasitaria, es la producida por parásitos como la tenia o la malaria. 

 

¿Cuáles son los síntomas de la meningitis? 

El virus suele incubar de 4 a 7 días, aunque se puede prolongar dependiendo de los síntomas y de la bacteria; por ejemplo, una persona es más contagiosa cuando adquiere meningitis bacteriana, ya que los síntomas son muy parecidos a los de una gripe o influenza, lo que la hace más contagiosa porque su trasmisión es viral.  

 

El primer signo de alarma es la fiebre alta y repentina, seguido de rigidez en el cuello, dolor de cabeza, confusión, náuseas y vómito. Cuando se complican los síntomas puede aparecer convulsiones, somnolencia, fotosensibilidad y otros signos muy relacionados a afecciones del cerebro.  

 

En bebés o recién nacidos los síntomas son parecidos a los adultos, pero aumenta el llanto y la irritabilidad, la deficiencia para alimentarse y aparecen puntos blandos en la parte superior de la cabeza.  

 

¿La meningitis tiene complicaciones?  

Si no se trata a tiempo puede tener complicaciones muy graves, la más importante es el riesgo neurológico permanente, que se puede presentar como pérdida de la audición, convulsiones, problemas de memoria, aprendizaje, motricidad y lenguaje, sepsis, insuficiencia renal y hasta la muerte.               

 

¿Cuándo ir al médico? 

El tratamiento de la meningitis depende del tipo que se tenga, y aunque los síntomas son parecidos a los de la gripe hay que ir de inmediato al médico para hacer el diagnóstico a través de la toma de muestras de sangre y de líquido cefalorraquídeo, y descartar o identificar el tipo de agente infeccioso y el tratamiento médico a evaluar.  

 

Cuando se trata de meningitis bacteriana, el tratamiento se basa en antibióticos y en ocasiones con corticoides que ayuden a minimizar los síntomas y eliminar la infección.  El tratamiento de la meningitis viral es muy parecido al que se hace con la gripe común, reposo, mucho líquido y analgésicos que ayuden a reducir los síntomas. En el caso de otros tipos de meningitis los tratamientos varían entre antivirales y antibióticos hasta que se detecte el origen.   

 

¿Se puede prevenir la meningitis? 

Al igual que otras enfermedades contagiosas se pueden prevenir con buenos hábitos de higiene, lavado de manos, mantener la distancia con personas enfermas, utilizar tapabocas, tener un estilo de vida saludable y la vacunación. 

 

Esta última es la forma más eficaz de protegerse de la meningitis, y aunque no exista una única vacuna, si existe un esquema de vacunación que abarca diferentes agentes bacterianos que la causan, las vacunas antimeningocócicas ayudan a proteger contra la N. Meningitidis, las antineumocócicas protegen contra el S. Pneumoniae y las vacunas contra Hib ayudan a proteger contra el Haemophilus influenzae tipo b (Hib). 

 

Si en algún momento de la vida se tiene este tipo de signos o se sospecha de haber tenido contacto con alguien infectado no dude en ir al médico, podría estar teniendo una enfermedad que puede tener consecuencias graves no solo para usted sino para su familia.  

 

Este artículo contó con la asesoría del doctor Jorge Mario Gaspar Toro, neurólogo del departamento de Neurociencias de la Clínica Shaio.