Es una técnica mínimamente invasiva, sin heridas, puntos y con mínimo sangrado. A su vez, es ambulatoria, brinda una recuperación más rápida y con menor dolor.
Se usa anestesia local, luego el doctor guiado por ultrasonido punciona la vena a tratar e introduce un catéter de radiofrecuencia, por el cual se extirpa el vaso que está enfermo. Después, a través de mínimas incisiones se retiran las várices que dependen del vaso que se seleccionó.
Una vez finalizado el procedimiento, la persona podrá salir caminando de la sala, subir escaleras, no es necesario el uso de silla de ruedas, muletas o bastón.
Recomendaciones:
Durante la primera semana del posoperatorio el paciente debe usar medias de comprensión antiembólicas. Los controles se realizan a los diez días y al mes.
