El sarampión es una de las enfermedades comunes en la infancia que puede prevenirse gracias a la vacunación, lo paradójico es que, según la Organización Mundial de la Salud, los brotes de sarampión a través de los años han aumentado en todo el mundo, aunque exista una vacuna eficaz y segura.
¿Qué es?
El sarampión es la consecuencia de ser contagiado por un virus llamado Paramixovirus del género Morbillivirus, es una enfermedad viral contagiosa que tiene como característica principal la presencia de una erupción cutánea y que se propaga principalmente a través de secreciones respiratorias como los estornudos, flujo nasal o la saliva de personas contagiadas, el sarampión puede afectar a cualquier persona, pero es más común en los niños. No tiene un tratamiento antiviral específico y puede tener complicaciones graves que pueden llevar a la muerte.
Algunos signos de alarma
Al ser una enfermedad vírica, tiene un periodo de incubación de 10 a 15 días desde el contagio hasta la aparición de los síntomas.
Los primeros síntomas suelen durar entre 4 y 7 días, e incluyen:
- Fiebre
- Secreción nasal
- Tos
- Ojos llorosos y enrojecidos
- Pequeñas manchas blancas con fondo rojizo en la cara interna de las mejillas, en las mucosas (manchas de Koplik)
- Lesiones maculopapulares (lesión elevada con cambio en color de la piel) color salmón en la piel de la cara, tronco y extremidades
A diferencia de la varicela en que es un sarpullido, con ampollas llenas de líquido y posterior aparición de costras que suelen generar mucha picazón, el sarampión tiene síntomas respiratorios iniciales, compromiso de la mucosa oral y de los ojos.
Complicaciones que puede traer el sarampión
-
La diarrea y vómitos puede llevar al cuerpo a una descompensación y deshidratación.
-
Se puede desarrollar infecciones bacterianas en los oídos.
-
Al ser un virus que ataca las vías respiratorias provocando irritación e hinchazón que puede evolucionar en bronquitis, laringitis o algo más complicado como la neumonía.
-
La complicación más grave es la encefalitis, que es la irritación e hinchazón (inflamación) del cerebro, puede aparecer después de haber tenido sarampión causando daños permanentes en el cerebro.
Los niños menores de cinco años, en estado desnutrición y con déficit de vitamina A son los más susceptibles a presentar estas complicaciones, así como los adultos mayores de 30 años.
El sarampión también debilita el sistema inmunitario y puede hacer que el cuerpo «olvide» la manera de protegerse frente a las infecciones, lo que pone a los niños en una situación de extrema vulnerabilidad.
¿Quién tiene riesgo de tener sarampión?
Aunque es evidente que los niños son la población más propensa a contagiarse, también es posible que lo haga un adulto, ya que, si no se encuentre vacunado, viaja a países donde la enfermedad está latente o tiene deficiencia de vitamina A, esto lo hace más propenso a que la desarrolle y la sintomatología sea más complicada.
¿Cómo tratar el sarampión?
No existe un medicamento antiviral específico, solo la prevención con la vacunación. Al igual que otras enfermedades virales lo primero que hay que hacer es visitar al médico porque se trata de una enfermedad altamente infectocontagiosa.
Algunas recomendaciones son:
-
Aislamiento de la persona contagiada
-
Evitar el contacto con personas que tengan alteraciones del sistema inmune (cáncer, infección por VIH)
-
Manejar los síntomas con medicamentos para mejorar la fiebre.
-
Tratamiento con vitamina A en algunos pacientes y siempre indicado por el médico
La vacunación es la clave de la prevención
Según la OMS, antes de 1980 se estimaba que más de 2.6 millones de personas morían anualmente a causa del sarampión en el mundo, a partir de ese año, la vacunación masiva contra el sarampión ha bajado la tasa de mortalidad y entre el 2000 y 2020 se han evitado alrededor de 57 millones de muertes por esta enfermedad.
En Colombia, el sistema de salud tiene un esquema de inmunización para los niños que abarca múltiples enfermedades incluyendo el sarampión, en este caso el esquema consta de una triple viral, una vacuna combinada que protege contra el sarampión, paperas y rubéola. En niños la primera dosis se pone entre los 12 a 18 meses y un segundo refuerzo entre los 4 a 6 años, edad en la cual los niños entran al colegio.
Este artículo contó con la asesoría de los doctores Miguel Ángel Luengas Monroy, infectólogo pediatra y Lina Robayo, médica pediatra.
Más información:
