“Cuando te dicen que te van a operar del corazón, lo primero que uno siente es un miedo a la cirugía, pero en la Clínica Shaio me sentí protegida y segura”
En un control de rutina a Milena Valencia le fue detectado un soplo cardíaco, que con los años fue agravándose hasta impedirle realizar las labores cotidianas más sencillas como subir escaleras o caminar algunas cuadras, acompañado de una migraña que afectaba su calidad de vida.
El corazón de Milena tenía un defecto congénito que no podía ser corregido con cateterismo y, por lo tanto, su única opción era la cirugía cardiovascular. Con este diagnóstico llegó a la Clínica Shaio donde empezó a ser tratada por un equipo médico interdisciplinario.
“Cuando te dicen que te van a operar del corazón, lo primero que uno siente es un miedo a la cirugía. Todos sabemos lo complicado que es este procedimiento”, cuenta Milena mientras indica con su mano el gran tamaño de la incisión en una cirugía a corazón abierto.
Sin embargo, no fue este su caso, pues la cirugía fue mínimamente invasiva y la incisión en su pecho midió menos de un centímetro de largo. ¿Cómo fue posible? El robot da Vinci XI lo hizo realidad.
“Yo tenía temor de que un robot entrara a mi corazón. Pero aprendí que no es el robot el que opera, son las manos del médico dirigiendo al robot. Me operaron y a los 4 días ya estaba en mi casa. La cirugía fue mínimamente invasiva, sentí poco dolor y la pérdida de sangre fue poca”.
Milena habla con propiedad sobre el procedimiento porque pasó por un arduo proceso de preparación, donde un equipo multidisciplinario de la Clínica Shaio le dio a conocer todos los detalles de la cirugía mediante da Vinci Xi. “Hablé con los cirujanos, me mostraron los resultados de este tipo de cirugías y, en general, la Clínica Shaio te ayuda a prepararte para el procedimiento. Hasta tuve una charla con psicología. Hay mucho apoyo de todo el personal. Me sentí protegida y segura”, precisa Milena Valencia.
El sistema de robótico da Vinci Xi es el asistente de cirugía robótica más moderno del país. Sus incisiones son de menos de 1 centímetro y es controlado por cirujanos expertos.
“Después de recibir el TriClip en mi corazón sentí un cambio inmediato, no me he vuelto a ahogar. Voy periódicamente a mis controles y todo se mantiene bien para mí”.
Vera Margarita Diago de Rincón solía ahogarse con frecuencia y tenía dificultades para respirar, lo que impedía que pudiera hacer cosas cotidianas con normalidad como salir a caminar. Sin embargo, no le prestaba atención a estos síntomas, hasta que un día definitivamente no pudo respirar.
Después de varios procesos médicos, llegó a la Clínica Shaio y ahí empezaron a realizarle varios exámenes y descubrieron qué tenía. El Grupo de Corazón de la Clínica Shaio determinó que padecía de insuficiencia tricuspídea severa, con síntomas que limitaban su calidad de vida, y cumplía las condiciones para ser tratada con TriClip.
El TriClip es un pequeño dispositivo diseñado específicamente para la válvula tricúspide, se lleva hasta el corazón del paciente a través de un catéter en la vena femoral y, cuando llega a su destino, corrige la insuficiencia al conectar dos válvulas en el lado derecho del corazón, de tal manera que reduce el flujo de sangre.
Después de realizado el procedimiento, y tan solo un día después, Vera Margarita dice que pudo retomar sus labores cotidianas y afirma que sintió “un cambio inmediato”. Ella, que se dedica a actividades de voluntariado, cuenta que desde que el TriClip está en su corazón no ha tenido ningún problema: “no me he vuelto a ahogar. Ya he viajado a tierra caliente, que es algo que no podía hacer antes en avión. Voy periódicamente a mis controles y todo se mantiene bien para mí”, nos cuenta.
La experiencia previa del Grupo de Corazón de la Clínica Shaio, la exhaustiva investigación previa de casos clínicos y la adecuada selección de los pacientes hacen de la utilización de TriClip en nuestra institución sea una excelente opción para nuestros pacientes con insuficiencia tricuspídea severa.
“Pude conocer por fin a mi bebé y reunirme con mi familia, siento un profundo agradecimiento por todo el personal de salud que me ayudó, gracias a ellos estoy viva”
Martha Milena Rodríguez esperaba con gran emoción la llegada de su bebé, pero en la semana 34 sufrió un cuadro grave de covid-19 . Al principio sus síntomas eran de una gripa común, sin embargo, con los días estos empezaron a empeorar hasta sentirse ahogada y debió ser internada por su esposo en una clínica.
Sus pulmones estaban cada vez más comprometidos, su situación era tan crítica que los médicos decidieron que lo mejor era someterla a un parto prematuro para reducir la presión que ejercía el bebé contra sus pulmones y así salvar la vida de ambos.
Su hijo nació y tuvo los cuidados necesarios que requiere un bebé prematuro para salir adelante, mientras la vida de Martha se iba apagando. La única opción que le daban los médicos a su familia era que recibiera terapia ECMO, un dispositivo que cumple las funciones de los pulmones o el corazón cuando estos no están en capacidad de hacerlo.
Pero en la institución en la que estaba hospitalizada no contaban con ese procedimiento. De esta forma llega a la Clínica Shaio, que había recibido su caso y tenía una unidad disponible. Fueron varias semanas en las que estuvo conectada a ECMO, y junto a los cuidados del personal de salud le permitieron soportar a Martha mientras sus pulmones se recuperaban.
Su familia nunca perdió la fe, su evolución fue muy satisfactoria y pudo volver a respirar por mí misma. “Salí de la Shaio y pude conocer por fin a mi bebé y reunirme con mi otra hija, esposo y el resto de mi familia, siento un profundo agradecimiento por todo el personal de salud que me ayudó, gracias a ellos estoy viva”.
ECMO (por sus siglas en inglés Extracorporeal Membrane Oxigenation) es un dispositivo que permite oxigenar la sangre e impulsar la misma cuando los pulmones o el corazón no están en capacidad de responder, ideal para aquellos pacientes que están en una unidad de cuidado intensivo y las terapias convencionales no lograr mantener sus funcione vitales.