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El impacto de la IA en la transformación digital de la salud

dic 17, 2025
El impacto de la IA en la transformación digital de la salud

Hace poco más de una década vivimos uno de los grandes cambios que transformaron la forma en que trabajamos: la llegada de las herramientas colaborativas. Plataformas como Teams, Zoom, Google, Office 365 o Meet no solo digitalizaron nuestras conversaciones, sino que redefinieron la manera en que nos comunicamos, cómo coordinamos equipos y cómo operan las organizaciones. Fue el primer indicio de que el trabajo nunca volvería a ser el mismo.

Sin embargo, ese cambio nos dejó una valiosa lección: la transformación digital no la hacen las herramientas, la generan las personas y el cambio en su forma de pensar (transformación digital = 70 % personas, 20 % metodología y solo 10 % tecnología).

Lo importante siempre fue, y sigue siendo, la cultura de la organización, la apertura al cambio y la manera en que se decide trabajar.

Hoy estamos entrando en una nueva etapa de esa evolución: la era de la Inteligencia Artificial (IA). Aunque la IA existe desde hace más de 70 años, su versión más moderna, la IA generativa, es muy reciente. Tiene apenas una década de desarrollo y, para el público general, solo lleva alrededor de tres años desde el lanzamiento de modelos de lenguaje como ChatGPT y Copilot. A pesar de su corta edad, ya está transformando industrias completas, y el sector salud es uno de los más beneficiados y con mayor proyección.

Durante la pandemia quedó en evidencia el verdadero valor de estas tecnologías. Herramientas como Infervision, utilizadas para apoyar la lectura masiva de TAC de tórax, demostraron que la inteligencia artificial, bien aplicada, puede salvar vidas y optimizar tiempo crítico (filtra automáticamente las imágenes fuera de lo normal, prioriza casos y mejora la toma de decisiones clínicas).

Al mismo tiempo, países pioneros en reconocimiento facial lo emplearon para detectar personas enfermas, identificar al personal de salud incluso con tapabocas, emitir alertas tempranas de fiebre y rastrear los movimientos de pacientes positivos.

Comienzo por dar una precisión importante: la IA no viene a reemplazar a nadie. Viene a acompañarnos, a reforzar nuestro trabajo y a liberar tiempo para el paciente. La IA no sustituye el juicio clínico, la empatía ni la experiencia. Su función es actuar como un aliado, como un copiloto que ayuda a tomar decisiones mejor informadas; es como tener una junta médica a la mano, pero no como un reemplazo del tomador de decisiones.

 

¿Qué puede hacer la IA por nosotros?

La IA puede analizar radiografías, tomografías o resonancias y detectar patrones que ayudan al especialista a confirmar hallazgos con mayor rapidez y precisión.

Es como tener una segunda opinión al instante: al analizar datos clínicos, antecedentes o características individuales, la IA permite recomendar tratamientos más precisos para cada paciente y ajustar dosis o composiciones según la genética, siempre bajo la supervisión del médico.

Gracias a modelos predictivos, la IA puede anticipar ocupación, demanda de servicios, inventarios y uso de recursos. Esto mejora la planeación, reduce la saturación y permite tomar decisiones más oportunas.

Uno de los beneficios más directos es la automatización de tareas administrativas: la IA puede transcribir notas, generar informes, diligenciar formularios y automatizar tareas repetitivas. Esto libera tiempo valioso para que médicos y enfermeros puedan enfocarse en lo más importante: la atención al paciente.

Estudios recientes demuestran que estas herramientas reducen el agotamiento profesional del personal médico (burnout) entre un 20 % y un 30 %, mejorando la satisfacción del personal, justamente porque devuelven tiempo para la labor clínica.

 

IA para humanizar el cuidado

La adopción de herramientas inteligentes genera inquietudes comprensibles. Una de las más comunes es el temor al reemplazo laboral. Sin embargo, la evidencia internacional en el sector salud es clara:

  • La IA automatiza tareas, no profesiones.
  • Reduce trabajo repetitivo, no la necesidad de criterio clínico ni empatía.
  • Abre nuevos roles y competencias que fortalecen toda la operación en salud.

La Organización Mundial de la Salud lo resume bien: la IA es un complemento del profesional, no un sustituto.

Nuestro compromiso en la clínica es exactamente ese: implementar estas tecnologías de manera estratégica, responsable y acompañada, siempre poniendo en el centro a las personas y al paciente.

 

¿Qué significa esto para nosotros?

  • La transformación digital viene a apoyar, no a reemplazar.
  • Nos devuelve tiempo para lo esencial: escuchar, atender y cuidar.
  • Ayuda a reducir errores, estandarizar procesos y tomar decisiones mejor informadas.
  • Impulsa nuevas habilidades digitales, sin perder la esencia humana del cuidado.

Somos una institución de salud y nuestra misión es profundamente humana. La transformación digital, incluida la IA, será una herramienta que nos ayude a cumplir esa misión con mayor calidad, mayor seguridad y cercanía.

La transformación digital no es un camino tecnológico, es un camino humano que recorremos juntos. Su mayor valor está en permitir que cada uno de nosotros dedique más tiempo, energía y atención a lo que realmente importa: el bienestar del paciente.

 

Atentamente,

William Javier Escobar Montenegro  
Director TI