El lavado de manos ayuda significativamente a prevenir múltiples infecciones no solo en áreas hospitalarias sino también en nuestro diario vivir, en ocasiones nos preguntamos por qué si estábamos gozando de buena salud resultamos sufriendo una fuerte gripa o diarrea, es ahí donde debemos recordar cuántas veces al día hemos realizado una correcta higienización de las manos.
En el caso de las Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) o cualquier virus se ha demostrado que la trasmisión se da cuando la persona afectada habla, tose o estornuda sin usar un tapabocas o cubrirse con el antebrazo, de modo que usa directamente sus manos y sin lavarlas toca todas las superficies a su alrededor permitiendo la proliferación de o virus y bacterias.
Estos microorganismos pueden sobrevivir mucho tiempo en las superficies y nosotros estamos constantemente en contacto con varios objetos de uso publico como barandas, superficies, sillas, baños, etc y de manera involuntaria pasamos las manos luego por ojos, boca o nariz. En promedio una persona se toca el rostro 2000 veces al día.
Por esto es importante que recordemos los momentos en los que es obligatorio realizar el lavado de manos con agua y jabón:
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Antes y después de ir baño.
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Antes y después de comer.
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Después de acariciar su mascota.
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Antes de administrar algún medicamento.
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Antes y después de manipular alimentos crudos.
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Antes y después de cambiar pañales bien sea de niños o de adultos en caso de ser un cuidador.
En caso de presentar síntomas de gripe o algún otro virus respiratorio:
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Utilice siempre tapabocas, recuerde que la forma correcta de usarlo es que este tape la nariz y la boca, cambiélo entre 3 a 4 veces al día ya que recoge toda la humedad de la mucosa.
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Utilice pañitos desechables cada vez que se suene y no los reutilice, posteriormente lávese las manos y evite ser un foco de contagio para las personas que lo rodean en su sitio de trabajo, estudio o casa.
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Si los síntomas se agravan acuda a su médico tratante.
¡Recuerde! El lavado de manos debe durar en promedio medio minuto, humedezca primero las manos luego aplique una cantidad suficiente de jabón y genere la fricción necesaria para que el lavado cubra toda la mano.
Este artículo contó con la asesoría de Lisbeth Pardo, enfermera del Grupo de Vigilancia Epidemiológica de la Clínica Shaio.
