Hablar del corazón es hablar de un órgano que trabaja todo el tiempo con el fin de hacer funcionar al cuerpo, y por lo tanto es vital que esté en óptimas condiciones, por lo que es importante tener hábitos de vida saludable, saber en qué estado se encuentra y si se tiene algún factor de riesgo, si existe alguna afectación o si genéticamente estamos predispuestos a que con el tiempo de desarrollemos una enfermedad cardiovascular.
De ahí la importancia de realizarse periódicamente una evaluación de riesgo cardiovascular, y así poder identificar cuál es el riesgo real de tener una enfermedad en el corazón.
Riesgo cardiovascular ¿qué es?
Es el riesgo que tiene cualquier persona de desarrollar o sufrir un evento cardiovascular, ya sea un infarto, accidente cerebrovascular, afectaciones en el corazón a corto o largo plazo o hasta la muerte. Esto debido a múltiples condiciones, conductas, situaciones o estilos de vida poco saludables que intensifican dicho riesgo a presentar una enfermedad, en este caso cardiovascular.
Según la OMS, existen factores de riesgo que influyen en el desarrollo de enfermedades cardíacas como el tabaquismo, consumo nocivo de alcohol, mala alimentación, sedentarismo y contaminación del aire; y existen otros que se caracterizan por modificar las estructuras de las arterias dificultando la circulación de la sangre como la hipertensión arterial, el colesterol alto, los síndromes metabólicos como la obesidad y el sobrepeso, la diabetes y el estrés. Por otra parte, la genética, edad y género también pueden ser factores de riesgo.
¿Se puede calcular el riesgo cardiovascular?
El riesgo cardiovascular no discrimina, se puede y se debe calcular en cualquier persona “aparentemente sana”, no se necesita que tenga algún factor de riesgo o enfermedad para evidenciar que algo anda mal. Se puede medir a través de diferentes escalas, métodos o guías que se utilizan de acuerdo con lo que se quiera evidenciar. Evaluar el riesgo cardiovascular se ha convertido en un indicador que utilizan los médicos para:
- Identificar la probabilidad de existencia de enfermedad cardíaca en un rango de 5,10 o 20 años.
- Tomar medidas de prevención en pacientes sin enfermedad coronaria.
- Establecer metas en pacientes que ya tienen un indicio de afectación cardíaca como infartos, ACV, entre otras.
¿Cómo se mide el riesgo cardiovascular?
Existen múltiples maneras de medirlo y es tarea del médico realizar esta evaluación, para lo cual se requiere de una historia clínica completa y detallada del estado de salud del paciente, donde se pueden preguntar ítems como:
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La edad y sexo
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Estatura y peso
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Índice de masa corporal (IMC)
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Si se tiene antecedentes familiares
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Estilo de vida como dieta y actividad física
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Si fuma o bebe
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Si tiene factores de riesgo
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Si tiene alguna enfermedad de base
También se realizan estudios de sangre donde se evidencien niveles de colesterol, triglicéridos y azúcar; estudios hormonales, y de signos vitales donde se mide la presión arterial y frecuencia cardíaca entre otros, que ayuden a identificar dentro del score de riesgo y calcular el riesgo cardiovascular.
Las escalas de evaluación del riesgo cardiovascular avaladas en Colombia son las de la American Heart Association - AHA y la de FRAMINGHAM.
¿Cómo interpretar los resultados?
La escala para medir el riesgo cardiovascular se basa en una serie de puntuaciones o porcentajes que se otorga a cada ítem, lo que, por medio de una fórmula establecida por el método de evaluación, arroja el score que se puede estratificar como:
- Bajo
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Moderado
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Alto
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Muy alto
Para pacientes de alto riesgo, se plantea una ruta de acción y metas para disminuir dicha escala de riesgo. En el caso de pacientes de bajo riesgo, es importante visitar al médico para hacerse chequeos de rutina mínimo una vez al año.
Identificar el índice de factor de riesgo es algo que solo hace el personal médico, pero como pacientes debemos ser conscientes de la importancia de tener hábitos de vida saludable, de no ser sedentarios, de controlar los factores de riesgo y de educarnos para tener una vida larga y sana.
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