¿Puede el diagnóstico de una enfermedad crónica, afectar la salud mental de una persona?

Noviembre 30, 2023
Blog Shaio: ¿Puede el diagnóstico de una enfermedad crónica, afectar la salud mental de una persona?

Todos, en algún momento, hemos tenido que enfrentarnos a situaciones que nos pueden generar ansiedad, desánimo, tristeza u otra emoción; y más aún si son a raíz de un malestar físico. 

Es normal que se afecte nuestras emociones cuando descubrimos el diagnóstico de una enfermedad, porque automáticamente lo relacionamos con cambios en nuestro estilo de vida, las actividades que hacemos o cómo nos relacionamos; además de que nos invade la zozobra de tener que adaptarnos a un tratamiento que puede salir bien o no.  

Estos sentimientos pueden ser temporales, pero si duran más de un par de días o semanas, puede ser el inicio de algo más serio como depresión, ansiedad o estrés, enfermedades que afectan el cuerpo porque liberan hormonas como el cortisol que alteran el sistema circulatorio y neuronal de la persona.  

 

¿Cómo afectan psicológicamente las enfermedades crónicas en una persona?   

Las enfermedades crónicas generan reacciones emocionales normativas que cambian previo, durante y después de un diagnóstico, es como un proceso de duelo que va desde la negación, a la ira, la negociación, la depresión y la aceptación; en donde se pasa de un estado de sanidad a un proceso de enfermedad, que psicológicamente puede ser perjudicial para el paciente si no se trata ni se adapta a esa nueva realidad.  

 

Psicológicamente, a una persona le cuesta mucho trabajo cambiar cosas o adaptarse a algo nuevo, a este proceso se le llama trabajar en áreas de ajuste o de funcionamiento, lo que significa hacer cambios o adaptarse a estos entornos, en los cuales la persona se sienta cómoda y establezca nuevas rutinas. 

 

Es importante resaltar que no todas las personas tienen las mismas emociones o llevan el mismo proceso, pero sí es importante saber que dependiendo el estadio de la enfermedad y en la etapa que se está pasando, su proceso de adaptación es diferente y requiere no solo del trabajo de la persona enferma sino de su familia, amigos y hasta de sus médicos. Conforme se va haciendo cada proceso de adaptación también van cambiando las respuestas emocionales, las cuales pueden ser normativas, esperables o patológicas. 

 

Se ha podido identificar que ciertas reacciones emocionales, trastornos o patologías mentales han sido asociadas con una enfermedad específica, por ejemplo, una persona diagnosticada con una enfermedad cardiovascular es más propensa a sufrir de estrés; en personas con cáncer, diabetes o VIH/SIDA están más ligadas presuntamente a desarrollar depresión o problemas de desadaptación. 

 

¿Cómo influye la salud mental en las enfermedades? 

No se puede generalizar el hecho de que por tener una enfermedad mental se desarrolle una enfermedad física, pero sí puede ser un factor de inestabilidad y deterioro de la salud. Una persona al estar estresada libera altas cantidades de cortisol, catecolaminas y adrenalina que tienen un alto impacto negativo en el corazón. Según el estudio de Framingham, el estrés hace que el corazón trabaje más, la sangre se espese, las arterias pierdan elasticidad y se acumulen sustancias en las paredes lo que genera dificultad en el flujo de la sangre, además se pierde capacidad para destruir los trombos y el sistema cardiovascular se hace más vulnerable a este tipo de obstrucción, a esto se le llama “corazón estresado”.   

 

En el caso de la depresión, debido a la gran cantidad de hormonas que libera el cuerpo, también puede haber una alteración en el cerebro, ya que disminuye la densidad de la sustancia gris en el hipocampo, la amígdala y en la corteza prefrontal, también se pierden conexiones sinápticas.  

 

¿Por qué es tan importante la salud mental? 

Según la OMS, la salud mental es un estado de bienestar total, que permite a las personas aprender a afrontar y manejar las situaciones de estrés, y qué más estrés que lidiar con una enfermedad. Cuando se comienza un tratamiento, el cerebro no solo está procesando emociones, también está trabajando para poner a funcionar el cuerpo en pro de sanarlo. Si no se sabe gestionar el tema mental puede causar estragos en la introspección, la adherencia al tratamiento y a los cuidados. Está muy bien dicha la frase de “una mente sana para un cuerpo sano”. 

 

¿Cómo manejar una buena salud mental teniendo una enfermedad crónica? 

Aquí juega un papel importante el autocuidado y la introspección, ya que, si se tiene consciencia de la enfermedad que se tiene, de cómo tratarla y cómo vivir con ella, se vuelve mucho más fácil llevar una vida normal. Tener una buena adherencia a los tratamientos, gestionar las emociones y tener una red de apoyo son herramientas que ayudan a entender que se es “una persona con una enfermedad y no una persona enferma”, lo que cambia completamente la perspectiva.  

 

Algunos tips a tener en cuenta cuando se trata de la salud mental y enfermedad crónica 

  • Edúquese y conozca de la enfermedad que padece, esto lo puede ayudar a usted y su familia a comenzar a adaptarse a la nueva realidad. No hay nada peor que vivir con angustia a lo desconocido.  

  • Realice técnicas de autocuidado a nivel físico, cognitivo, emocional y social. 

  • Cree estilos de vida saludables, mantenga hábitos de higiene, alimentación y sueño, practique ejercicio físico, mantenga sus controles médicos. 

  • No le dé miedo expresar sus emociones y establecer límites sanos que le ayuden a tomar decisiones funcionales en torno a su proceso salud-enfermedad. 

  • Establezca estrategias de afrontamiento ante situaciones presentadas, la terapia psicológica cognitiva puede ayudar a tener herramientas para hacer cambios, enfrentar y superar las dificultades que tenga.  

  • Asista a terapia psicológica (tener una persona capacitada que lo oriente a solucionar problemas como la ansiedad, estrés u otro tipo de síntoma o enfermedad mental, puede ser de gran ayuda para tener un bienestar no solo mental sino físico). 

  

Este artículo contó con la asesoría de Angie Paola Monsalve y Camila Ledesma Herrera, psicólogas del departamento de Psicología de la Clínica Shaio.