¿Se puede realizar ejercicio después de sufrir un infarto?

Noviembre 04, 2021
blog shaio

El ejercicio es un factor clave en el proceso de rehabilitación después de sufrir un infarto u otro evento cardiovascular. Para ello, debe existir el acompañamiento de un programa de rehabilitación cardíaca integral que permita recuperar la funcionalidad del paciente y mejorar su calidad de vida.

 

Programa de rehabilitación cardíaca

Es un programa personalizado y multidisciplinario integrado por diferentes componentes. En el caso de nuestra institución incluye:

  • Evaluación médica

  • Evaluación nutricional

  • Atención psicológica

  • Educativa

  • Prescripción de ejercicios

  • Recomendación de la actividad física

  • Apoyo para dejar de fumar

 

Durante este proceso los diferentes profesionales brindan educación no solo al paciente sino también al grupo familiar sobre cuáles fueron los factores de riesgo que produjeron el infarto, cómo manejar su plan alimentario, reducir el estrés, qué tipo de ejercicios puede o no realizar y recomendaciones para la toma de los medicamentos. Esto permitirá el mejoramiento progresivo de la salud del paciente.

 

Beneficios del ejercicio después de un infarto

El ejercicio es una herramienta muy importante para prevenir que se presenten nuevamente este tipo de eventos. Algunas de sus ventajas son:

  • Evita que la enfermedad arterioesclerótica siga progresando.

  • Ayuda a regular el azúcar.

  • Reduce la posibilidad de padecer arritmias.

  • Evita que se formen trombos.

 

Hay que tener en cuenta que la enfermedad cardiovascular no se va a curar, sino que se va a controlar, y la única manera de hacerlo es implementando cambios de estilo de vida, por eso, el ejercicio debe complementarse con una adecuada alimentación, la toma regular de medicamentos y una mente positiva.

 

Cómo empezar a realizar ejercicio después de un infarto

En primer lugar, se debe realizar un valoración médica para determinar si el paciente es apto para el programa de rehabilitación y posteriormente se establece el nivel de riesgo del paciente durante el ejercicio.

 

Una herramienta útil para ello es la prueba de esfuerzo, que permite determinar el comportamiento del corazón durante la realización del ejercicio. En esta se evalúa la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la saturación de oxígeno y cambios electrocardiográficos que puedan indicar algún tipo de alteración a nivel cardiovascular.

 

Esta prueba se complementa con la ergoespirometría, una prueba de esfuerzo en la que se evalúa cuánta cantidad de oxígeno ingresa al cuerpo, capta y utiliza. De acuerdo a ello se tomarán las mejores decisiones para el paciente.

 

Por otro lado, el proceso se realiza de manera progresiva. Si la persona era totalmente sedentaria se va incrementando paulatinamente el hábito de caminar o montar bicicleta. En el programa se puede comenzar con la realización de ejercicio dos o tres veces por semana durante 30 minutos y se va aumentando el tiempo de ejercicio hasta completar 60 minutos después de haber tenido al menos 36 sesiones.

 

Lo ideal es que el paciente llegue a realizar ejercicio al menos 5 veces a la semana durante 45 o 60 minutos al día. Sumado a ello, el programa debe ajustarse a las patologías y complicaciones del paciente, de modo que vaya recuperando su funcionalidad.

 

En la Clínica Shaio contamos con un Centro de Prevención Cardiovascular con más de 20 años de experiencia, somos líderes en rehabilitación cardiovascular, a través de una atención individualizada e integral que disminuya la mortalidad por enfermedad cardiovascular y permita el mejoramiento de la calidad de vida de los pacientes.

 

Este artículo contó con la asesoría del Dr. Juan Manuel Sarmiento, médico especialista en medicina del deporte.

 

Para más información:

https://www.shaio.org/rehabilitacion-cardiaca