Picky eaters: ¿qué son?

Enero 12, 2023
Blog Shaio: Picky eaters: ¿qué son? (Cualquier cosa menos brócoli un niño muy descontento por tener que comer vegetales)

"Picky eater” es el término anglosajón que se le da a los niños que son quisquillosos o selectivos a la hora de comer y está relacionado a una alteración de la conducta alimentaria que generalmente es leve, transitoria y no relacionada con un compromiso nutricional.

Es importante identificar la presencia de síntomas de alarma para consultar y descartar causas orgánicas que usualmente solo corresponden a un pequeño porcentaje de los casos.

 

 

 

¿Cómo se puede identificar si un niño es un picky eater?

 

Si bien esta es una tarea conjunta entre los padres y el pediatra que esté atendiendo al niño, existe una forma de identificar este tipo de comportamiento:

  • Prefiere un alimento sobre otro.

  • Rechaza alimentos específicos como vegetales o ciertos grupos de alimentos y prefieren otros con azúcar y harina.

  • Se niega a probar alimentos nuevos o tiene miedo a hacerlo.

  • Come un número limitados de alimentos.

  • Tiene claro que alimento le gusta y cuales no.

  • Busca excusas para interrumpir las horas de comida.

  • Come muy lento.

 

Si cumple algunas o todas estas características y está en edades entre los 2 a 5 años, puede ser un niño quisquilloso que tiene una alteración en la conducta pero que usualmente no está relacionado con alteraciones nutricionales, esto quiere decir que tiene una ingesta limitada pero su crecimiento es normal y saludable; otro cosa diferente es si el niño presenta alguna patología de base que explique esa mala conducta alimentaria, en ese caso es de suma importancia visitar al médico.

 

¿Qué factores influyen para que un niño sea picky eater?

 

Existen múltiples factores que favorecer este comportamiento, algunos pueden ser:

 

  • Factores genéricos: por una alteraciones en los quimiorreceptores del sabor.

 

  • Factores maternos: si la mamá tiene una dieta restrictiva durante el embarazo o la lactancia, es más probable que a la hora de exponer al niño a la alimentación complementaria, no esté familiarizado con el sabor de los alimentos y se genere el rechazo.

 

  • Malas conductas alimentarias por parte de los padres: si los papás se alimentan mal es muy probable que el niño también lo haga, ya que los niños aprender por imitación.

 

  • Factores emocionales: si al momento de comer el niño se siente angustiado por regaños, afanes o quejas, se va a generar una sensación o experiencia negativa en relación con la comida.

 

  • Tener distractores en el momento de comer: el uso de pantallas, celulares o juguetes hacen que el niño pierda fácilmente la atención.

 

  • Las relaciones sensoriales con la comida: no permitirle al niño tocar, oler o saborear la comida o limpiarlo excesivamente, puede generar alteraciones que lleven al rechazo de los alimentos.

 

  • Limitaciones en la variedad de los grupos de alimentos que se le den al niño, en la etapa de inicio de la alimentación complementaria.

 

  • El comportamiento de los padres a la hora de comer: excesivamente controladores, forzar al niño a comer, permisivos con tiempos de comida muy largos, excesivamente preocupados por la limpieza durante toda la comida, favorecer el aprendizaje asociativo negativo relacionado con estas experiencias negativas.

 

¿Puede perjudicar este comportamiento la salud del niño?

 

Algo importante a resaltar es que la percepción de que un niño no coma, muchas veces puede ser errónea, porque interpretamos o hacemos suposiciones con respecto a la alimentación.

  • Damos por hecho que la porciones de comida de un niño deben ser iguales a las de un adulto, y esto no corresponde al tamaño del estómago del niño, normalmente una porción de proteína debe ser del tamaño de la palma de la mano y la del carbohidrato, del pie del niño.

  • Solamente de un 5 a 15% de los niños que no comen bien, pueden tener un trastorno de la conducta alimentaria que lo comprometa nutricionalmente, y de este porcentaje un grupo más pequeño tienen alguna enfermedad que justifica una alteración en la conducta.

 

¿Cuándo consultar al pediatra?

  • Vómitos frecuentes

  • No ganancia de peso y talla

  • Alteración en el desarrollo neurológico

  • Dolor abdominal recurrente

  • Dolor al pasar alimentos sólidos

  • Diarrea persistente o frecuente

 

Cuando se presentan estos síntomas y se lleva al niño al pediatra se evaluarán: los antecedentes del niño, cómo fue su gestación, si tuvo episodios de atoramiento, intubaciones o uso de sondas por la boca, cómo se inició la alimentación complementaria, etc., todo con la finalidad de mirar el estado de salud del niño. También hay que revisar si el niño tiene dolencias al momento de pasar los alimentos, si tiene vómito recurrente, que tenga compromisos con la ganancia de peso y talla, y el neurodesarrollo.  Esto permitirá identificar si los comportamientos quisquillosos en los niños solo son un tema de hábito, o si  de lo contrario realmente se compromete su estado de salud.

 

Tips para evitar que un niño sea picky eater

 

Hay técnicas y herramientas muy sencillas que se puede aplicar para que un niño no tenga este comportamiento:

 

  • Desde el embarazo y durante la lactancia es importante que la madre tenga una dieta variada, alta en proteínas y vitaminas.

  • El inicio de la alimentación complementaria debe comenzar a los 6 meses, y durante esta etapa ir incluyendo grupos variados de alimentos.

  • Garantice dentro de la alimentación el consumo de frutas y verduras todos los días, desde el inicio de la alimentación complementaria.

  • Exponga al niño varias veces a un alimento para saber si realmente le gusta o no.

  • Prepare los alimentos de diferentes formas para que la comida sea atractiva sensorialmente, que tenga color, textura, olor y sabor que sea atractivo para el niño

  • Tenga en cuenta que las porciones sean adecuadas para el niño, una porción de proteína es del tamaño de la palma, el carbohidrato debe ser del tamaño de su puño, la mitad del plato deben ser verduras o vegetales.

  • Evite darle sopas o muchos líquidos en las comidas, es mejor primero que coma el seco.

  • Intente que coma legumbres por lo menos 2 a 3 veces a la semana. Este grupo de alimentos es gran fuente de proteínas, vitaminas, zinc, hierro y otros nutrientes.

  • A la hora de comer evite todos los distractores.

  • Comparta por lo menos una comida en familia al día, ya que es importante que el niño aprenda a comer imitando.

  • Usted elige qué come el niño y en qué horarios, no al revés. Lo que si es importante es respetar los signos de saciedad que tenga, el niño elige cuanto comer.

  • Mantenga horarios de alimentación, un niño debe comer 5 veces al día (3 comidas principales y 1 o 2 meriendas) evite que todo el tiempo esté picando.

  • No alargue los tiempo de comida, una comida principal debe durar entre 30 a 40 minutos y las meriendas entre 15 a 20 minutos.

  • Dele líquidos, en especial agua, unos 15 a 30 minutos después de la comida, esto garantiza que se coma todos los alimentos y evite llenarse solo de líquidos.

  • Trate de mantener la calma, evite ponerse de mal genio o ser agresivo con el niño a la hora de comer.

  • Permítale ser independiente a la hora de comer, déjelo comer solo y ayúdelo cuando lo necesite.

  • No relacione la hora de comida con un sistema de premios.

 

Prestar atención a los comportamientos de los niños a la hora de comer puede ser de gran ayuda para evitar enfermedades a lo largo de su vida.

 

 

Este artículo contó con la asesoría de la doctora Lina Robayo, pediatra de la Clínica Shaio, máster en Nutrición y consejera en lactancia materna.

 

Más información: 

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